En Gangsters of The Seas, un pódcast presentado por Michelle Rodríguez, descubrirás la historia de algunos de los piratas más famosos del océano Índico: sanguinarios y crueles bucaneros, marineros y corsarios convertidos en criminales que aterrorizaban y saqueaban los mares. Vas a descubrir que nadie nace siendo pirata, ¡elige serlo!
En febrero de 1692, cerca de las Bermudas, una tormenta destrozó una pequeña balandra corsaria bautizada como Amity. En la cubierta, el capitán Thomas Tew evaluaba los daños a su embarcación y a su aturdida tripulación. En lugar de rendirse, urdió un audaz plan: abandonar su misión oficial y convertirse en pirata para buscar tesoros más allá del cabo de Buena Esperanza y Madagascar. Alzando su alfanje, Tew izó su bandera pirata mientras su tripulación clamaba: "¡Con collares de oro o pata de palo, estaremos a tu lado!". Y así comenzó la leyenda de Tew.
Más informaciónEra mayo de 1694 y, a bordo del Charles II, Henry Every y sus compañeros de tripulación estaban inquietos. Llevaban semanas esperando en el puerto español de La Coruña, pero ya habían tenido suficiente. Discretamente, Every había ido reuniendo a un grupo de marineros afines y juntos tomaron el control del barco para zarpar en busca de riquezas y aventuras en alta mar. La tripulación decidió que Every fuese el nuevo capitán. Y así, a los 40 años, decidió escribir su propia leyenda y convertirse en pirata para buscar la vida de libertad y riquezas que le esperaba.
Más informaciónEn el año 1716, en las Bahamas, el capitán pirata Olivier Levasseur, conocido como La Buse (El Gavilán), llegó a bordo del navío La Postillon a la mayor isla de la región, Nasáu. Allí, descubrió un refugio para piratas, un paraíso para proscritos regentado por el capitán Hornigold, y conoció a otros ambiciosos capitanes deseosos de navegar al margen de la ley. Juntos, formaron una hermandad que saqueó y desvalijó todo el Caribe. La Buse no tardó en labrarse un nombre y adquirir gran infamia por sí mismo. Había nacido una leyenda de la piratería.
Más informaciónEra octubre de 1697 y el capitán William Kidd surcaba el mar Arábigo a bordo de su barco, el Adventure Galley. Su tripulación, de 160 hombres, estaba ansiosa por saquear, pero Kidd todavía no había logrado ninguna captura relevante. La tensión fue en aumento hasta que un día un artillero llamado William Moore amenazó a Kidd con un motín si se negaba a atacar a un navío holandés. En respuesta, Kidd golpeó con un barril a Moore, hiriéndolo mortalmente. El destino de Kidd, ahora un asesino y pirata buscado, quedó sellado cuando el rey de Inglaterra envió a un corsario a capturarlo.
Más informaciónEn diciembre de 1707, Kanhoji Angre contemplaba el mar Arábigo desde lo alto de la muralla de la fortaleza marina que gobernaba. El rey del Imperio maratha acababa de ponerlo al mando de la armada, lo que le otorgaba control absoluto sobre la flota y todos los fuertes e infraestructuras en las costas del imperio. Con una fuerza militar temida incluso por las potencias europeas, Kanhoji estaba decidido a convertirse en uno de los cabecillas más poderosos del océano Índico.
Más informaciónCorría el mes de febrero de 1688 cuando Mathurin Desmarestz se vio en la cubierta de la fragata española Sainte-Rose, al sur de Santo Domingo. Los setenta marineros que iban a bordo estaban disfrutando de su libertad tras haber escapado intrépidamente de la marina francesa 48 horas antes. Para estos bucaneros, la libertad lo era todo, y habían conseguido seguir siendo libres. Para el contramaestre Desmarestz, esto solo era el comienzo de una vida de piratería que lo llevaría por todo el mundo.
Más informaciónA principios de 1718, un pirata llamado Edward England, que había adquirido cierta popularidad en la comunidad pirata, zarpó en una balandra junto a una pequeña tripulación tras rechazar el indulto del rey. Edward, quien antes de ser pirata había servido en la marina mercante, estaba decidido a cumplir con su destino en alta mar.
Más informaciónA finales de la década de 1690, un humilde marinero de la Marina Real llamado Nathaniel North se encontraba en el puente de un buque de guerra inglés en el Caribe. Insatisfecho con su situación, Nathaniel soñaba con ser pirata y enriquecerse a costa de los barcos que viajaban entre Europa y el Nuevo Mundo. Un día, mientras la tripulación estaba distraída, Nathaniel aprovechó la ocasión y nadó hasta una orilla cercana, decidido a ganarse su libertad. Tras nadar durante horas, se desplomó en la playa mientras contemplaba el barco del que acababa de escapar. Este era el comienzo de una nueva vida como marinero que lo llevaría a navegar por los mares orientales.
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