«¿Por qué me duelen los dedos?»

Al principio es fácil desanimarse por lo incómodo que resulta tocar. Puede que se te cansen las manos y se te irriten las puntas de los dedos. Incluso es posible que la cuerda te deje una marca en el dedo después de presionarla. Si bien esta irritación es desagradable, no tienes por qué preocuparte: desaparecerá en cuanto termines de tocar. Por desgracia, no puedes hacer mucho para ahorrarte este tipo de dolor, pero la buena noticia es que, si tocas a menudo, te saldrán callos en la punta de los dedos que los protegerán de la irritación. ¡La paciencia es la madre de la ciencia! Y aún hay otra noticia todavía mejor: si desarrollas buenos hábitos al practicar, podrás minimizar o incluso ahorrarte por completo buena parte de esa incomodidad.

Si te cuesta ejercer presión sobre las cuerdas, empieza más arriba, en el séptimo traste, y cuando obtengas un buen sonido, acércate progresivamente a la cejuela.

En primer lugar, analiza tu postura y tu técnica. Cuando tocas, ¿te encorvas hacia delante o te sientas con la espalda recta y los hombros firmes? En los ángulos más complicados, ¿mantienes las muñecas rectas o las doblas? Esto es importante, ya que si sientes dolores en las muñecas o en los músculos, es una señal clara de que estás forzando los delicados tendones de la muñeca. Es importante adoptar una buena postura desde el primer momento para no desarrollar problemas más adelante. Por último, fíjate en lo fuerte que pisas las cuerdas. Seguramente no tengas que presionar con tanta fuerza como crees para obtener un sonido limpio. Si colocas bien los dedos (justo detrás del traste y con la cuerda centrada), con presionar un poco será más que suficiente.

Adoptar una buena postura te ayudará a alinear las muñecas y ganarás precisión al pisar las cuerdas.

Si aun así te siguen doliendo las puntas de los dedos al tocar, quizá haya llegado el momento de cambiar de cuerdas. Será como darle un soplo de aire fresco a la guitarra y, si usas un calibre menor (por ejemplo, si pasas de un 10 a un 9), es probable que te resulte más fácil ejercer presión. También puedes probar a usar una guitarra acústica con cuerdas de nailon, que además son más blandas y fáciles de tocar. Otra opción es llevar la guitarra a un técnico para que la revise a fondo. No solo comprobará si tiene algún defecto que afecte negativamente al sonido, sino que además ajustará la acción de las cuerdas (es decir, la distancia que las separa del diapasón) para que te sea más fácil tocar. Es una inversión que merece la pena.

Muchos músicos opinan que, al tocar con cuerdas de nailon, los dedos sufren menos.

Por último, si necesitas tomarte un descanso, no te cortes. Progresarás mucho más rápido a base de sesiones cortas y frecuentes que si te obligas a aguantar sesiones largas e incómodas. Si puedes, coloca la guitarra en un soporte, ya que será más probable que la cojas y te pongas a tocar en los ratos muertos. Te sorprendería cuánto rato puedes dedicar a practicar si no tienes que prepararlo todo y luego volver a guardarlo cada vez que quieres tocar. Ten paciencia, sé persistente y con el tiempo todo se irá volviendo más fácil... ¡y menos doloroso!

Margaret Jones es multinstrumentista, compositora y profesora de música. Vive en Oakland (California). Toca la guitarra en varias bandas locales, incluido el proyecto con sus propias canciones M Jones and the Melee. También tiene un doctorado en Historia de la Música por la UC Berkeley y ha impartido clases en el San Francisco Conservatory of Music.

Man guitar hands de Pexels se utiliza con licencia de Pixabay.

Guitar de bogitw se utiliza con licencia de Pixabay.

Las fotografías de Katrin Auch se utilizan con permiso.

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