Los pedales no son una compra casual, pero su precio y su naturaleza especializada los convierte en una opción de regalo estupenda para fiestas señaladas. Hemos preguntado a tres de nuestros redactores qué pedal es más probable que regalen o reciban este año. Tal vez alguno encaje como presente para alguien en tu lista.
El sonido del «muro de motosierras» del death metal sueco ha vuelto, y posiblemente mejor que nunca, con la reedición del legendario (y legendariamente difícil de encontrar) Boss HM-2. El HM-2W, parte de la serie boutique Waza Craft de Boss, ofrece el sonido auténtico y sin adornos del HM-2 original, pero con algunas mejoras que harán las delicias de los guitarristas de metal. Además de un aumento de nivel de tres decibelios, también incluye un modo personalizado para lograr más pegada y agresividad, con frecuencias graves y medias más refinadas. Más es más cuando hablamos de lo que este pedal puede ofrecer y, después de probar diferentes ajustes, siempre cabe poner todos los potenciómetros al máximo y pasar el sonido por el canal de distorsión del amplificador para obtener ese codiciado sonido de saturación sueca. -Leila Abdul-Rauf
Los compañeros de Rocksmith llaman al EP Booster «el botón de mejora». En parte lo dicen en broma, pero es un pedal que ha logrado varios adeptos en el equipo porque, básicamente, toma todo lo que nos gusta de nuestras respectivas guitarras y nos ofrece aún más. El principal efecto que se percibe es un aumento en el volumen del instrumento, pero el diseño del pedal, basado en el circuito preamplificador de las antiguas unidades de efectos Echoplex, también esculpe el sonido de forma muy satisfactoria, desde un sutil aumento de volumen hasta una saturación muy controlada. Si el guitarrista al que tienes que hacer un regalo tiene un amplificador de válvulas, seguramente le encante tanto como a nosotros lo que este pedal puede hacer por su sonido. -Margaret Jones
Me encantan los pedales de modulación inusuales, esos efectos que te hacen decir: «espera, ¿eso hace qué?». El Boss VO-1 Vocoder es, sin duda, uno de estos bichos raros, y está diseñado para usar la guitarra (mediante una entrada estándar de 6,25 mm) y un micrófono (con jack XLR) al mismo tiempo. El pedal combina ambas señales para hacer que tu voz suene deliciosamente robótica. Lo que tocas en la guitarra determina el tono. También incluye un ajuste de coro sintético (adecuado para pistas de vaporwave) y un modo «talk box» para obtener el sonido de Peter Frampton con mucho menos lío. Se trata de una unidad muy especializada, desde luego, pero para mí ha resultado ser un fantástico trampolín para la creatividad. La experimentación con el VO-1 fue lo que inspiró mi proyecto Hero Falls, así que ¿quién sabe qué hará con él el guitarrista a quien se lo regales? -Dan Amrich
Collection of pedals, por Henrik Hjortshøj, en Unsplash.
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